miércoles, 4 de diciembre de 2013

Columna de Opinión: VÍCTOR ESTAY MATURANA



¿Y QUÉ APRENDEN LOS REOS DENTRO DE LA CÁRCEL?





Cuando en el año 2004 el Estado  a través del Ministerio de Justicia da inicio a la Reforma Procesal Penal,  con el fin de acabar con el hacinamiento del sistema penitenciario; debió también crear un programa de infraestructura concesionada, con la tercerización y contratación de servicios, especialmente el de la Reinserción Social a la empresa concesionada privada. Esto último me parece historia repetida  si lo comparamos con  la educación particular subvencionada, pues el estado le entrega a la empresa concesionada por 20 años la administración de todos los servicios que incluye la educación  a través de las bases de licitación (BALI) Y yo me pregunto ¿Hasta dónde Sodexho, Besalco  y el consorcio BAS, empresas que sostienen a la concesionaria, pueden hacerse cargo de la educación en los nuevos establecimientos penitenciarios? Y ¿qué participación tiene el Ministerio de Educación en esta nueva etapa, si el año 2009 cuando por decreto N° 257 se establece el Marco Curricular para la Educación de Adultos de Enseñanza Básica y media Humanista Científico y Técnico profesional, y no existe una palabra que mencione al menos lo que los alumnos privados de libertad deben aprender.No olvidemos que estas personas provienen de una subcultura que considera el trabajo honrado como una debilidad personal. Entonces cuando miramos el enfoque del decreto 257 y nos damos cuenta que está dirigido precisamente al mundo del trabajo, la contradicción es evidente.


 Entonces ¿Qué están aprendiendo estas personas? ¿Qué les estamos enseñando?. Sin duda que los docentes que ejercen su función en cárceles hacen definitivamente lo que pueden, porque en definitiva las personas privadas de libertad no son prioridad, pues si unimos los intereseseconómicos de la concesionaria que administra recursos del estadoy el Ministerio de Educación que debe enfrentar problemas permanentes con la educación pública y particular subvencionada, se concluye que otros temas como Salud , vivienda  y educación de personas libres requieren la primera atención del estado.


Ahora bien,En el país existen más de 56.000 personas condenadas y en proceso de condena en 104 establecimientos penitenciarios, donde en 99 de ellos se desarrollan procesos educativos de Enseñanza Básica y Media., La matrícula al mes de agosto de 2011 era de 13.609 alumnos, de los cuales 12.229 eran varones y 1.380 mujeres., cifra muy similar a los 11,969 alumnos que durante el año 2012 se declaró en el PADEM de la ciudad de La Serena como total  de su matrícula. Como se observa, no existen garantías educacionales para el equivalente a todos los alumnos de la educación municipalizada de esta ciudad.


Y el problema está en los números, pues el estado tras su gigantesca inversión en su llamada  “Reforma del Siglo” depositó en privados la gestión y administración de los servicios que se relacionan con la Educación, específicamente el de Reinserción Social, y estas empresas responden con números que ni cercanamente aportan a la verdadera reinserción de las personas privadas de libertad a la sociedad. Lo lamentable es que les estamos aplicando lo mismo que a muchos de ellos los tiene recluidos, les estamos robando el derecho universal a una educación de calidad


Y entonces ¿qué están aprendiendo? Aprenden que sólo son un instrumento para la justificación pública de lo bien que lo estamos haciendo en materia de seguridad y paz ciudadana. Aprenden que la educación es sólo un requisito para la postulación a beneficios intra y extra penitenciarios. Aprenden que una vez libres no existen alternativas para ellos.


Por lo tanto invito a liberar la educación dentro de las cárceles y entregarles a estas personas, enseñanzas que de verdad les permitan dignamente insertarse en la sociedad a la que han defraudado.




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